21.6.08

Bogotá, Junio 5 de 2008


SEÑORES EL TIEMPO

ATENCIÓN SEÑORES DIRECTORES

ENRIQUE SANTOS C. - RAFAEL SANTOS C



REF. SOLICITUD URGENTE DE RECTIFICACIÓN


Respetados señores,

De manera sumamente respetuosa, por no por eso menos enérgica, me dirijo ante ustedes indignado para solicitarles que se rectifique (con la misma dimensión, extensión e importancia) de manera inmediata, la información publicada el día de hoy en un artículo titulado: “SITUACIÓN JURÍDICA DEL CONTRALMIRANTE GABRIEL ARANGO BACCI SE COMPLICA”, pues éste, además de contener informaciones que no corresponden con la realidad (es decir falsas), lleva un título que induce en error a los lectores y afecta de manera directa mi honra y la de mi familia, que ya mucho han tenido que padecer con esta infamia que se me ha querido construir con pruebas falsas, grabaciones fabricadas y testigos comprados.

Resulta inaudito, que justo cuando más cerca me encuentro de demostrar mi inocencia y de que la Fiscalía reconozca que todo aquello que se ha querido presentar en mi contra ha sido siempre FALSO; mis enemigos, al verse cerca de su derrota, tengan que recurrir a medios tan bajos como engañar a los periodistas para que se termine publicando un artículo con informaciones que no corresponden íntegramente a la verdad.

Así las cosas, si mis enemigos fueron capaces de filtrar de manera ilegal, y en contra de la reserva sumarial, información de mi proceso a los medios pero manipulándola y presentando algo que en realidad no es cierto; pues entonces yo estoy legitimado a desmentirlos, también en los medios, pero con la verdad.

No es cierto, no corresponde con la verdad y se aparta ampliamente de la realidad, que mi situación jurídica se haya complicado. Por el contrario, nunca antes la Fiscalía había podido tener una claridad como la que tiene ahora, respecto del origen de las falsedades, y ellos, los verdaderos delincuentes, temerosos de que se sepa la verdad, intentan por medio de este importante periódico, manipular a la justicia para que la Fiscalía no los descubra, pero eso es algo que no lo voy a permitir, pues ya bastante he tenido que ver sufrir a mis hijos a causa de estos verdaderos criminales.

En la primera prueba que refiere en el artículo, se habla de la declaración del sujeto Jaime Pérez Charris, el cual, a diferencia de lo que le dijeron a EL TIEMPO, nunca dijo pertenecer a las AUC. Lo que dijo este declarante, es que él supuestamente me vio en una reunión en Santa Marta (en octubre de 2000 o febrero de 2001) en el edificio “Las Cascadas” con un narcotraficante alias “Boliche”, y que en esa época supuestamente le enviaba desde Cartagena, información a este narcotraficante sobre posicionamiento de embarcaciones.

Lo que no lo dijeron mis enemigos a EL TIEMPO, es que se logró plenamente demostrar en el proceso, que en las fechas que el falso testigo Pérez Charris refirió que me conoció, yo no vivía en Cartagena, ni en Santa Marta; vivía en Bogotá pues era el Jefe de la Casa Militar del presidente Pastrana y estaba con él de tiempo completo. Además, que el CTI viajó a Santa Marta y corroboró en el edificio “Las Cascadas” que nada de lo dicho por este mentiroso era verdad. Eso sin contar con que también lo desmintió el propio Salvatore Mancuso cuando declaró desde Itagui (antes de ser extraditado). Tal sería el grado de las mentiras de este supuesto testigo, que afirmó que en ocasiones ellos sacaban droga “desde las playas de Turbaco”, cuando Turbaco es una población completamente alejada del mar. Nada de eso le dijeron mis enemigos a EL TIEMPO.

La segunda prueba que refiere el artículo, habla del declarante Eissyn Matos, quién supuestamente me vio en Turbaco en una reunión con un narcotraficante. Lo que no le contaron a EL TIEMPO mis enemigos, es que este sanandresano de 22 años que estuvo en la Armada, dijo que aparecí en esa reunión en un uniforme completamente blanco y que no me vio ninguna insignia (cuando yo ya era Contralmirante y en mi uniforme las insignias y condecoraciones resaltaban por doquier). Tampoco, indicaron los que indujeron en error a EL TIEMPO, que esta declaración llena de contradicciones y de fantasías de un adolescente de 22 años (que ya tuvo un proceso por homicidio) fue desmentida por más de una decena de personas que dieron cuenta de mis agendas, de mis compromisos, de mis vehículos, de mi cuerpo de escoltas y de mis funciones, y todas desmienten a este mentiroso. Eso sin contar que el supuesto jefe de este declarante, que, según él, era un importantísimo narcotraficante que manejaba drogas de las AUC, resultó ser un completo y absoluto desconocido para Salvatore Mancuso que indicó quienes eran los que en realidad le manejaban los alcaloides a las AUC.

La tercera prueba que trae el TIEMPO para afirmar que mi situación se complica, es una asociación que se ha pretendido hacer por mis enemigos entre el movimiento de una fragata en San Andrés y una supuesta anotación en un computador de alias “Chupeta”. Lo primero que se debe decir es que falta a la verdad gravemente el artículo pues no es cierto que la fecha del movimiento de la fragata y la fecha del computador sean la misma. Eso no es cierto. Y tampoco es cierto que la Fiscalía haya manifestado que no está satisfecha con las explicaciones. Eso no es verdad. Nunca ha habido una manifestación de la Fiscalía en ese sentido. Lo que no publica EL TIEMPO es que en efecto se encontraron, tanto en San Andrés como en Cartagena, registros documentales que daban cuenta que la información para el movimiento de la fragata se originó en CARTAGENA y que fue personalmente el Almirante Guillermo Barrera (hoy Comandante de la Armada, en ese entonces comandante de la Fuerza Naval del Caribe) quien dio la orden de pasar la información a San Andrés. Lo que tampoco dice El TIEMPO es que efectivamente esa lancha con droga que se indicaba en la información que envió el Almirante Barrera desde Cartagena, fue finalmente capturada en Jamaica. Y, lo más grave, es que a EL TIEMPO tampoco le contaron que desde hace más de seis meses se le ha solicitado a la Armada que entregue las bitácoras de las otras tres fragatas con que cuenta Colombia, para analizar si la anotación del computador de “Chupeta” corresponde con alguna de ellas, y la Armada simplemente no las ha querido entregar, lo cual, además ser ilegal por obstruir a la justicia, resulta sumamente sospechoso. A esto se le debe sumar con que en las visitas que ha hecho la Fiscalía a la Armada en Cartagena y en San Andrés, en las cuales yo me he hecho presente, siempre se encuentra con que no aparecen muchos libros, cuando es obligatorio que éstos siempre reposen en los archivos. Valdría la pena más bien que EL TIEMPO se preguntara ¿quién está mandando a desaparecer esos libros en la Armada? O ¿por qué el Almirante Barrera se rehúsa a entregar las bitácoras a la Fiscalía de las otras tres fragatas de la Armada? ¿Será que están aprovechando estos 6 meses para modificar su contenido? Afortunadamente, por una vía diferente, ya se pudo comprobar que, por lo menos, la Fragata ARC Antioquia, que estaba para la época de la anotación de “Chupeta”, en el pacífico, bajo las órdenes del Vicealmirante Álvaro Echandía, también se movió en el mes de enero del 2004. Sobra recordar que el Vicealmirante Echandía era el director de inteligencia cuando se me comenzó a realizar este montaje.

Estas tres pruebas, que son las únicas que EL TIEMPO relaciona, para afirmar desacertadamente que mi situación se complica, se deben analizar con muchísimas otras que lo único que demuestran es que a mí se me está intentando involucrar por todos los medios posibles con un ilícito que yo no cometí, solamente porque en ese momento podría llegar a ser el próximo Comandante de la Armada luego de mi éxito como director de los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

O, por qué mis enemigos no le contaron a EL TIEMPO que se descubrió que intentaron relacionarme con narcotraficantes, a través de un recibo que falsificaron copiando en él mi huella de manera fraudulenta. ¿No resulta esto gravísimo? Máxime cuando este recibo lo fabricaron con posterioridad a mi salida de la Armada, porque tenían que justificar de alguna manera el impetuoso retiro de un oficial con mi proyección y yo simplemente no me resignaba a aceptar que me sacaran de una manera tan injustificada, y no me cansaba de pedir una explicación. ¿Será que un culpable o alguien que deba algo, se comporta como yo me comporté? ¿O será que el culpable se marcha en silencio?

O, por qué no le contaron a EL TIEMPO que el director de Contrainteligencia de la Armada, el Capitán Luís Jorge Tobar Neira, quien dijo haber recibido el falso recibo en Cartagena por parte de una fuente humana cuando estaba hospedado en el Hotel TOM, el día 14 de marzo de 2007, faltó gravemente a la verdad bajo juramento, pues la Fiscalía viajó a Cartagena y en el Hotel TOM consta que él sólo llegó hasta el 17 de marzo de 2007, y sin embargo, con fecha 14 de marzo de 2007, aparece la remisión de este Capitán al CTI para que analizaran el recibo. ¿Será que por este gravísimo error en su mentira fue que la Armada tuvo que enviar a Tobar Neira a Estados Unidos?

O, por qué no le contaron a EL TIEMPO que cuando se les cayó el falso recibo intentaron construir unas grabaciones telefónicas en las que se mencionaba mi nombre y luego se demostró que los dos interlocutores eran informantes del CTI y que uno de ellos finalmente apareció muerto, relatando los testigos del crimen que los asesinos fueron unos hombres con corte militar según lo registró el propio periódico EL TIEMPO en su edición del sábado 22 de diciembre de 2007.

Y, por qué no le dijeron a EL TIEMPO que antes que mataran a este infiltrado de nombre DIEGO PINZÓN, también se había hecho un video en el Hotel Veleros el día 15 de agosto de 2007, en el cual supuestamente compran una carta de navegación que después llevan a la Armada para que la analicen. Reunión en la que se menciona mi nombre, también por los dos informantes del CTI que, por supuesto, sabían que los estaban grabando. Lo raro es que esta reunión terminó a las 9PM aproximadamente, momento en el cual los infiltrados, salen de la reunión, entregan la supuesta carta (que se corroboró que era falsa por el mismo que la realizó) a las autoridades, estas se comunican con el Capitán Tobar Neira y éste les indica que la lleven donde el Contralmirante García Márquez. Pero paradójicamente, García Márquez declaró, bajo juramento, que él tenía las cartas desde aproximadamente las 6:30PM de ese día.

Todo este cúmulo de engaños y de falsedades, son inequívocamente indicativos de que existe un plan, no muy inteligente, pero sí muy decidido, de involucrarme en un delito, y ha sido mucho lo que he tendido que soportar con mi esposa y mis hijos durante estos meses de zozobra y de señalamientos públicos, después de haber sido durante 36 años un oficial sin la menor mancha en mi hoja de vida. Por lo que ya no estoy dispuesto a permitir que se siga mancillando mi honra y mi dignidad con informaciones que no son ciertas, cuando soy absolutamente inocente.

Entiendo que EL TIEMPO fue víctima de unas personas inescrupulosas que intentaron engañarlos para presionar a la Fiscalía y por eso no les puedo reclamar. Pero sí les reclamo por no haber confrontado esa información de manera responsable conmigo, cuando siempre he estado dispuesto a atender a los medios.

Tengo la certeza de que la Fiscalía no cederá a ningún tipo de presiones ilegales y que la decisión que tome en mi caso corresponderá con una valoración exhaustiva del material que existe en el expediente, máxime cuando la Fiscalía de una manera muy juiciosa se ha desplazado a todos los lugares que ha señalado la investigación, y se ha podido dar cuenta, de primera mano, que todo lo dicho por los testigos mentirosos es absolutamente falso y que algunos miembros de la Armada se han esforzado en desaparecer información sin explicación alguna.

Nadie más que yo siente un aprecio tan grande por la Armada Nacional de la República de Colombia, y por eso no descansaré hasta desenmascarar a los que están utilizando a tan prestigiosa institución para cometer sus actividades ilícitas y para tratar de destruir la vida de personas inocentes, como lo han intentado, infructuosamente, conmigo.

Cordialmente,


Contralmirante ® GABRIEL ERNESTO ARANGO BACCI


Con copia a:

- Luís Fernando Santos C., Presidente de EL TIEMPO.

- Guillermo Villaveces, Vicepresidente ejecutivo de EL TIEMPO.

- Francisco Solé, Vicepresidente de EL TIEMPO.

- Werner Zitzman, Secretario General de EL TIEMPO.

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